lunes, 6 de mayo de 2013

Literatura



El Último Encuentro
Sandor  Marai

 “El último encuentro es una novela consagrada al destino: percibimos su fuerza en cada página, y su presencia hace que sea tan rico, denso y compacto” La Repubblica.

Es la historia de 41 años de reflexiones que surgen en la espera para conocer la verdad. La obra gira en torno a la preparación de la cita entre dos amigos que compartieron todas las emociones de la infancia, adolescencia y juventud, hasta que un acontecimiento insospechado los lleva a la separación y es así como pasan cuarenta y un años sin verse, sin tener noticias el uno del otro. A través de un diálogo silencioso, relectura de su propia historia, el personaje principal “el General”, avanza con púdica melancolía marcada por la vigencia de sus valores morales. Las páginas del libro atrapan al lector para llevarlo a un viaje misterioso, como si fuera hacia el descubrimiento de un secreto que pareciera ser la explicación del origen del mundo.

Ambientada en el estilo de vida que existió a los albores del siglo XIX en Europa Oriental, la acción se sitúa en Hungría, al pie de los montes Cárpatos, en un castillo de caza con salones decorados al estilo francés, que en su época de gloria la vida estaba acompasada con música de Chopin.

Los Personajes: 
Nini, la sirvienta que amamantó al General, sirve fielmente y con discreta admiración a su patrón. Ella lo acompañó en todas las aventuras ligadas a la doble cultura que le tocó vivir siendo hijo de padre Húngaro y madre Francesa. A los 91 años, Nini sigue al lado de su “amo y señor”, con quien se encuentran tan íntimamente ligados que en el ocaso de la vida, es sólo ella quien parece digna de dirigir las delicadas operaciones para la celebración del  Encuentro. Nadie como ella podía vigilar que el protocolo sea respetado según la tradición social y familiar que merecía tal acontecimiento.
El General, un hombre de honor, de otra época, es una persona capaz de sentimientos profundos, fiel a sus afectos y compromisos. Es el eje de la obra que se construye en las reflexiones y pensamientos que alimenta el General desde el día en que la amistad se rompió y comienza la larga y penosa espera de su amigo. “…sin embargo has vuelto, porque no has podido hacer otra cosa. Y yo te he estado esperando, porque no he podido hacer otra cosa. Los dos sabíamos que nos volveríamos a ver y que con ello se acabaría todo. Se acabaría nuestra vida  y todo lo que hasta ahora ha llenado nuestra vida de contenido y de tensión...”
Konrád, el amigo entrañable, depositario de todas las emociones  posibles en una relación de amistad  entre dos hombres. A pesar de la naturaleza de la amistad que lo unía al General, fue capaz de traicionar a su benefactor, ejerciendo la libertad de enamorarse de la esposa, intentar asesinarlo y finalmente huir para regresar cuarenta y un años más tarde a enfrentar su destino. “…Hablas de huida -dice Konrád-. Es una palabra dura. Al fin y al cabo, yo no debía nada a nadie. Puse mi grado al servicio de mis superiores, como es debido. No dejé detrás la menor deuda, ni había prometido a nadie nada que no hubiese cumplido...  sin embargo, el temblor de su voz delata que la emoción que le embarga y que le confiere un matiz de gravedad no es del todo sincera…”
Kriztina, presente durante toda la obra, a pesar de haber desaparecido. Genuina representante de las mujeres que la suerte les permite acceder a una situación social y económica placentera, se enamoró del amigo, traicionó al esposo y murió antes que ellos.  “…ya sabes cuáles eran sus orígenes, lo que significaba para ella todo lo que le había dado: mis apellidos, esta casa, el palacete de Paris, la vida en sociedad…en fin, cosas que ella ni siquiera se había atrevido a soñar en esta pequeña ciudad, en la casa humilde donde vivía sola, con su padre, un anciano callado y enfermizo que ya solo vivía de recuerdos …” 

Al términar de leer esta magnífica novela, me quedé con una profunda emoción. Aquí encontré un viaje a la humanidad del hombre. Los mejores sentimientos posibles como el amor,  la amistad, la solidaridad, la fidelidad, la discreción, la nostalgia, aqui se encuentran plasmados, los que se encuentran acompañados de otros menos presentables como la traición, el rencor, el olvido.

El relato sacude nuestra propia nostalgia de un mundo más íntegro y cabal. Aun sabiendo que la historia no se repite, y sin pretender ejemplarizar una época, ni mucho menos una clase social como la burguesía,  no puedo dejar de añorar aquellos tiempos  en que el fondo y la forma eran coherentes, en donde la vida de los grandes burgueses se desarrollaba en armonía con sus propios valores culturales, aún cuando todos sabemos que la paz social había sido impuesta a sangre y a fuego. En este libro se puede apreciar el encanto discreto de la burguesía a la que el autor parece haber pertenecido. 

Finalmente, la amistad, figura transversal de este relato me deja llena de pensamientos. ¿Qué seríamos sin saber cultivar la amistad? ¿Qué significa relacionarse con nuestros semejantes sin pensar en sentimientos como la fidelidad y la pasión? ¿Cómo aprender a valorar los verdaderos afectos que nos permiten crecer emocionalmente? 

"…He visto la paz y la guerra, he visto la miseria y la grandeza, te he visto cobarde y me he visto a mi mismo vanidoso, he visto la confrontación y el acuerdo. Pero en el fondo, quizás el último significado de nuestra vida haya sido esto: el lazo que nos mantuvo unidos a alguien, el lazo o la pasión, llámalo como quieras…"

María Teresa Aquevedo
Santiago, agosto 2012

Literatura



El Viaje del Elefante 
José Saramago - 1922/2010 - Azinhaga-Portugal

El Viaje del Elefante fue escrito por José Saramago diez años después de haber recibido el Premio Nobel y al término de una grave enfermedad que casi lo llevó a la muerte. Estas son mis reacciones a la lectura de este libro que me gustó y  me entretuvo mucho, hasta me hizo reír cuando nada me daba alegría en esos días. Nunca más podré mirar de la misma manera a un elefante con su guía.

Sin ser un relato histórico, en esta novela encontramos una entretenida descripción de la época en que se desarrolla el viaje del elefante Salomón y su cornaca Subhro. Con ellos recorrimos Portugal, España, Italia, Suiza, Austria, y se pueden apreciar las relaciones sociales y  las dificultades ligadas a las condiciones de vida, además de las peripecias que resultan del traslado de un elefante de cuatro toneladas por villorrios, caminos aldeanos y montañosos de la Europa a mediados del siglo XVI.

        En la obra se puede apreciar una prosa extraordinariamente amena e irónica, llena de imaginación que nos permite acceder a todo tipo de situaciones complejas, graves, banales, descritas magistralmente y seguir a los personajes por todo el trayecto.  El lector adhiere sin reservas a esta historia que destaca dos relatores – el autor y el cornaca-. Saramago entretiene al lector con la  descripción de situaciones aparentemente simples, a partir de un hecho anodino,  las que dejan sin embargo una reflexión profunda. De igual manera, el autor se aproxima al tema del poder a través de hechos y situaciones anodinas. Sorprende observar que los nombres propios y los títulos están escritos con minúsculas. El vocabulario utilizado por Saramago es particularmente rico y revelador, encontré muchas palabras que no conocía y/o había olvidado.
 
Los personajes son particularmente atractivos, a través de ellos se percibe la sensibilidad política y religiosa de Saramago. El Elefante terminó siendo humanizado, a veces se siente su compasión, su miedo. El cornaca es inteligente, sutil y resulta terriblemente simpático. Los militares no siempre son obtusos, a veces parecieran dotados de algún grado de inteligencia. Los aristócratas son siempre distantes, dominadores y discriminadores.  Los curas, como a menudo se puede apreciar en la obra de Saramago, son inescrupulosos y autoritarios.  El pueblo se percibe humilde, sometido, utilizado por el poder y siempre dispuesto a disfrutar de las cosas simples de la vida.
María Teresa Aquevedo- Santiago, Enero 2011

Literatura



Y tu no me respondes

 Poli Délano - Chile 


La novela es un viaje en el tiempo y el espacio. Nos presenta en paralelo dos historias vividas en diferentes épocas por dos personajes unidos por un lazo familiar. Diría que el tema principal es el amor,  es un amor  sufriente,  mal correspondido. El título dice todo. No se encuentra en la novela un amor duradero, pleno, feliz. 


El autor se sitúa en el México de siglo XXI, con terremoto y todo, y nos pasea por la época de la llegada de los españoles a las Américas. Además, se pueden apreciar diferentes desplazamientos por el Distrito Federal, el Estado de Veracruz y otros lugares evocadores por donde se circulan los personajes principales. Se aprecia particularmente las descripciones detalladas y precisas  que nos ofrece el autor gracias a las historias vividas por sus personajes. 


Es un relato en primera persona de dos historias vividas fundamentalmente en el mundo masculino. Recorremos las peripecias de uno de los soñadores españoles, Gaspar de la Encina, que vino por este lado del mundo en busca del El Dorado y a pesar de haber logrado cierto bienestar económico, nunca logró reunirse con su esposa María Leonor. En paralelo seguimos las aventuras de un de sus descendientes que lleva su mismo nombre. Ambos se quejan de las dificultades amorosas vividas en sus respectivas parejas, que paradojalmente se expresan de manera cercana, a pesar de los siglos que los separan. Es además un paralelo entre dos formas de vivir el enamoramiento, en el que se destaca el recato del ancestro en su relación romántica con su esposa, frente a la libertad con la que se desenvuelven Gaspar y María en sus amores.


El Lenguaje empleado por el autor es prolífero, lleno de imágenes y alegorías, se percibe una relación muy cercana del autor con la cultura mexicana.  A través de variados recursos que él emplea  con maestría, podemos apreciar la escritura en primera persona que nos permite recorrer lugares y situaciones personales, especialmente los encuentros entre amigos para disfrutar de buenos tragos y comidas, con entretenidos diálogos que nos permiten descubrir la cercanía y la complicidad de los personajes como por ejemplo la amistad de Gaspar con Mamerto. También se encuentran las lánguidas misivas de Gaspar el ancestro a su esposa María Leonor, con expresiones que evocan el castellano antiguo utilizado en la época de la colonia. Para terminar,  la manera como se muestra la estructuración racional del discurso atribuido al Docto Carbonel: primer, segundo, tercer aspecto… nos llevan en un viaje entretenido, lleno de emociones y evocaciones pícaras. Por otro lado, se podría decir que la sensualidad es el hilo conductor de esta novela. Gracias a una sutil expresión, asistimos a variadas experiencias del amor, algunas más intensas que otras, igual se siente la diversidad de sensaciones que nos llegan  a través de las andanzas de los personajes,  los encuentros culinarios,  y la presencia intensa de naturaleza con su flora y su fauna, etc.


El final se destaca como un fuego de artificio. Gaspar, el descendiente se entera, a través de las confidencias robadas  a las parejas de sus grandes compinches, que las mujeres también pueden tener sus pecadillos,  y no necesitan hacerlos relucir al sol. Gaspar, el ancestro termina por asumir que la distancia y el silencio liquidaron el enamoramiento que lo mantuvo creyendo que estaba casado. El descendiente, asume igualmente el fin de su pareja. Grandes enseñanzas que da la vida.

MaríaTeresaAquevedo

Santiago, junio 2012